Siempre escuchamos historias donde unos poco monjes shaolin ganaron en incontables batallas a los piratas japoneses o a los bandidos del pueblo, haciendo que los Shaolines parezcan seres de otro mundo.
A mi también me encantan esas historias y de niño me motivaban a entrenar muy duro el Kung fu de Shaolin, pero también es bueno bajar los pies a la tierra de vez en cuando y escuchar otras versiones y otras historias que también sucedieron.
Cuanto más conocimiento tengas de la verdad, más te acercarás a esta.
Y por eso hoy os traigo un relato donde los Monjes guerreros no salieron tan bien parados pero seguro que de este trágico suceso sacaron algo para mejorar en los siguientes.
Esta historia que os voy a contar ha sido extraída del Libro «Shaolin: Cultura y tradición» Volumen 1 escrito por Shifu Bruno Tombolato.
Espero que os guste, mientras, ve preparando esa taza de té que comenzamos!

Nos remontamos a la dinastía Ming (1368 – 1644 d.c), en esta época existía un monje guerrero que se llamaba Yue Kong, un héroe de esos tiempos.
Se dice que durante este período fue llamado por un decreto oficial a proteger las costas de china de los piratas japoneses o wokou, aunque en estos grupos armados y vandálicos también se encontraban coreanos y patriotas chinos.
Yue Kong era famoso porque decían que era capaz de luchar con un palo de metal que pesaba 20 kilos y afirmaba que podía aplastar a cualquier enemigo por muy grande que fuese este.
Yue Kong reclutó una tropa de más de 30 monjes armados con palos de metal y marcharon al frente de los piratas japoneses, logrando la victoria en muchas batallas.
Entre ellas se encuentra la batalla más importante, la de wengjiagang en Julio de 1553, donde se unieron al grupo de Yue Kong más de 120 monjes guerreros de diferentes monasterios, impulsados por la energía de su capitán.

Este numeroso grupo de Monjes lucharon con otro grupo de piratas igual o más numeroso que ellos. Combatieron hasta el agotamiento logrando la victoria diez días después y solo con cuatro bajas entre los monjes.
Pero, aquí empieza lo trágico para los monjes defensores. En la siguiente batalla, los piratas japoneses idearon una estrategia ya que la fuerza de los monjes era muy superior.
Organizaron el campo de combate en el delta del río Huangpu donde los piratas hicieron una emboscada que no se esperaban los monjes.
Les pilló desprevenidos a los protagonistas de esta historia y finalmente los japoneses obtuvieron una victoria derrotando a la mayoría de los monjes guerreros que no pudieron escapar.

Yue Kong pereció en el campo de batalla agrandando su leyenda como Monje Guerrero que ayudó a combatir los piratas japoneses.
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La historia siempre es escrita por los vencedores.
Si escuchasemos la versión de los que perdieron, probablemente oiríamos otra filosofía y otras maneras de pensar respecto a los acontecimientos sucedidos en el pasado.
Lo único que diferencia hoy en día la verdad de la mentira es el criterio propio respecto a lo que uno ve y uno oye.
Espero que te haya gustado este artículo y no olvides pasarte por lo otros que tenemos en el canal. (Ir al Blog)
Un fuerte abrazo y nos vemos en el próximo artículo.
PD: Recuerda: «Un guerrero no habla sin el respaldo de una acción»